Familiares de 43 estudiantes desaparecidos destruyen urnas
méxico. Diversos insidentes marcaron la jornada de elecciones federales, tras amenazas de boicot.
Ya se sabía desde antes que la de ayer no iba a ser una jornada electoral tranquila en México. Diversos grupos sociales habían convocado a un boicot a las votaciones en las que los mexicanos eligieron a los 500 miembros de la Cámara de Diputados, los gobiernos en nueve de 31 estados, además de cientos de alcaldes y legisladores locales.
En la localidad de Tixtla, en Guerrero, estudiantes, profesores y padres de los 43 alumnos de magisterio desaparecidos en septiembre en ese estado se acercaron a las mesas de votación e intentaron convencer a los funcionarios para que se las entregaran y después las quemaron como protesta.
"Nosotros queremos que primero aparezcan los jóvenes y después que haya elecciones", dijo Martina de la Cruz, madre de uno de los desaparecidos. "Deben tomar conciencia del dolor de sus hermanos", añadió Felipe de la Cruz, portavoz de los familiares de los desaparecidos.
En los actos de boicot participaron también miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), un sindicato de profesores que se opone a la reforma educativa del Gobierno. Miembros de este grupo, se manifestaron en el DF, donde retiraron al menos ocho mesas electorales y quemaron las papeletas, confirmó Onésimo Rojas, un policía local.
Sin embargo, el presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, en un primer balance de la jornada aseguró que las elecciones se celebran "con normalidad" en "todos los estados de la república", que los mexicanos podían ir a votar con "seguridad" y que los incidentes eran mínimos ya que se pudieron instalar el 99,95% de las mesas de votación.
El Presidente Peña Nieto, al ir a votar en la capital, calificó los incidentes de "aislados" mientras que el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, dijo el único punto "complicado" era Tixtla.