La comunidad de El Salado se organizó tras la devastación dejada por el río
solidaridad. Se organizan para levantar la localidad minera afectada por la catástrofe.
El trayecto desde Chañaral hacia El Salado por la ruta c-13 es la huella del paso de una guerra. Un río, que nunca tuvo un ancho superior a 3 metros, y que en algunos tramos estaba seco, ahora muestra una marca sobre los 500 metros. En esos "más de cuatro metros de alto" que dicen los lugareños fue arrastrado todo lo que se atravesó en su camino desde autos y camiones hasta casas.
La devastación dejada por el agua es total. El pueblo fue despojado de todos sus negocios y ahora los vecinos se las arreglan "como pueden", dicen. "Nosotros tuvimos que saquear el supermercado los primeros días, acá no llegaba nada. Todo lo que sacamos lo llevamos al casino de Enami, que es donde almorzamos actualmente", dice Manuel Sepúlveda.
Chañaral sufrió el corte de todos sus caminos quedando incomunicada ante la emergencia. Esta situación se ha ido arreglando paulatinamente y ahora, que ya cuentan con electricidad, tratan de volver a la normalidad en sus vidas. "Yo salgo a ver lo sucedido y lo encuentro increíble, jamás imaginé que algo así fuera posible acá. Ahora sólo debo salir y tratar de hacer una vida normal, sé que esto es una marca imborrable en el pueblo. Acá murió gente por lo sucedido, cinco vecinos, no debemos olvidarlo pero tenemos que seguir adelante", resaltó Adolfo Tapia.
Orden
Los saladinos se ven distintos, hay más risas y optimismo. Según el capitán de la quinta compañía de bomberos de El Salado, Michael Ramírez "la gente ha ido asumiendo la catástrofe de una forma distinta con la llegada de ayuda y la organización que existe acá. En un principio estaban muy asustados y sensibles a la información, eso ya pasó y ahora están empeñados en recuperar el pueblo. Uno va al casino y hay bromas, eso no sucedía los primeros días".
Un recorrido por Pedro Lujan, la calle principal de la localidad minera, muestra al Ejército en el despeje de las casas llenas de barro en el interior. Ellos también llevan el orden vial de la ciudad que sufrió la pérdida de la comisaría local. Además existe gran parte de los caminos restablecidos y mucha maquinaria rearmando el cauce del río.
En El Salado no hay albergados ya que la mayoría de las personas se aloja en casa de familiares o amigos. Algunos tratan de volver al trabajo que aunque no se realiza en turno completo "ayuda a pasar la tragedia" resaltan.
Al llegar la hora de almuerzo gran parte del pueblo sale de sus casas y se dirige al casino de la empresa Enami. "Toda la mercadería llega allá y se hacen cuatro comidas al día. Esto nos ayuda por la falta de productos y con las donaciones hechas ahí nos alimentamos todos. Es una forma más organizada de repartir las donaciones", resalta Sergio Sepúlveda.
Los lugareños destacan que lo logrado hasta ahora en el salado "es por ayuda de los vecinos y la generosidad de otras ciudades". Reclaman la poca presencia del estado y la municipalidad, además algunos como Sergio esperan que "la autoridad se pronuncie acerca de lo que sucederá en El Salado con la reconstrucción" ya que de ver las opciones dice puede "irse del lugar que le ha dado tanto por nuevas oportunidades".