Imágenes de una ciudad abrumada por la emergencia
Lluvias. Copiapó vivió una segunda jornada de catástrofe constatando los efectos, recuperando los enseres y abasteciéndose.
La ciudad tuvo imágenes grises ayer. Después de las fuertes lluvias -comparables a los de 14 años normales-, los copiapinos intentaban rehacer su rutina movilizándose por el medio que le fuera posible, acudiendo a las bencineras y supermercados para reabastecerse, y haciendo frente a los cortes de suministros básicos.
Otros, en tanto, hacían todos los esfuerzos por recuperar sus bienes y enseres, en especial aquellos con un valor sentimal, y familias enteras se unían para extraer el agua y el barro que ingresó a sus viviendas producto de este inesperado temporal, el peor de las últimas décadas.
La cercana localidad de Paipote, a diez kilómetros, sacó, quizás, la peor parte. Autos volcados, viviendas casi completamente bajo el barro y habitantes intentando, con la ayuda de otros, cruzar calles, fueron escenas que circularon ayer por todo Chile.