'El alma es todas las cosas, esta apertura que se va produciendo al filo de la personalidad, permite que nos poseamos mas plenamente, para darnos a los demás. Así vamos a encontrar aquello denominado educación' (Aristóteles).
Queridos amigos lectores hoy juntos intentaremos abrir la maleta interior de los jóvenes, recordando que la personalidad del hombre tiene un dinamismo propio ya que nace como encerrado en sí mismo a través de su corporalidad, sensibilidad e intectualidad. Se va abriendo primero a sí mismo y luego a los demás.
El doctor Ricardo Cruz Coke hace años en una carta 'El Mercurio' en septiembre de 1980 escribió: cada ser humano es una individualidad genética única en la historia de la especie humana. Si esto es así en lo biológico, pensemos cuánto más lo será en lo sicológico. El lugar y las capacidades que podemos llenar nosotros no serán sustituidas por otros. Esto nos lleva al pensamiento de que el desarrollo de tales capacidades es una operación que requiere un enorme gasto energético, una tensión viva, un esfuerzo, es un compromiso con uno mismo, es una movilización total del ser que se convierte entonces en un deber, algo que cada persona debe realizar porque todo ser humano tiene su propio don y su propio misterio…
Cuando he tenido la oportunidad de compartir con adolescentes en conflicto, ellos me indican que lo esencial en sus vidas es palpar el amor del núcleo familiar, recibir comprensión en un ambiente tolerante, donde la experiencia hogareña no sea traumática ni dolorosa.
La familia debe ser el reflejo del mundo adulto, donde cada 'YO', tenga sus derechos y deberes. Es responsabilidad de los progenitores entregar valores y normas para que los hijos las ejecuten, y lo haremos hasta cierto momento. Debemos aprender que esta responsabilidad es un trabajo largo, pero que llegado el minuto nuestros jóvenes tomarán sus propias decisiones y ahí solo tendremos que confiar en las enseñanzas y educación entregada.
Una donación mediocre a los hijos, sin ideales, sin riesgos, donde todo sea tener y no ser los hará sentir solos casi abandonados. En cambio un camino donde la búsqueda de la verdad sea valiosa y el servicio a los demás sea urgente los transformara en adultos felices y fecundos.