El "cauntri" hecho en Chile de Andrés Lecaros y Los ForajidosDiscografía
Un disco doble con música country hecha en Chile, eso es lo que trae bajo el brazo Andrés Lecaros y Los Forajidos, una de las pocas bandas nacionales que tributan a este género de música popular.
- ¿Cómo se fueron formando las 28 canciones de este disco doble que es "Viaje de ida y de vuelta"?
- Después que terminé de grabar mi anterior disco, el "Baladas para perdedores", tuve la necesidad vital de componer y empecé a trabajar al tiro en nuevas canciones. Después salieron unas lucas para grabar y decidí ponerme las pilas y hacer un disco doble porque no sabía cuándo iba a tener plata de nuevo para poder hacerlo. Son 28 canciones de diferentes estilos con muchos músicos invitados. Fue un proyecto ambicioso en el trabajamos duro y que al final nos dejó muy conformes y contentos como banda.
- Eres el letrista y compositor principal. ¿Cómo se suman "Los Forajidos" y quiénes son?
- Bueno, yo soy el que escribe las canciones y hago la composición de base; con "Los Forajidos" trabajamos en conjunto los arreglos musicales, los solos, etc. En el disco participamos como una docena de músicos, pero arriba del escenario somos siete: Jano Fuentealba en guitarra eléctrica, Patricio Bahamondes en el bajo, María José Sánchez en las voces, Francisco Díaz en el banjo y lap steel guitar, Rodrigo Calderón en la batería y Erwin Kitteiner en la armónica. Somos una banda multigeneracional, con diferentes edades y desde diferentes escuelas, todos muy secos y profesionales.
- ¿Y cómo empezó este proyecto?
- Lo comencé solo y escogí hacer canciones en clave country porque era un ritmo que me interesaba desde hace mucho tiempo. Yo venía del mundo del rock y fue difícil cambiarme de género e inventar este proyecto, pasaron muchos músicos por la banda pero creo que esta actual configuración es perfecta porque me busqué a los mejores y a los que yo sabía que podían pegar con lo que quería hacer. Fue una pega de más o menos siete años para llegar a lo que tenemos ahora.
- ¿Cómo fueron tus inicios en la música?
- Bueno, lo mío viene desde la cuna porque yo provengo de una familia musical. Los Lecaros son conocidos dentro del mundo del jazz y yo, aunque siempre tuve esa instrucción musical, me fui hacia otras partes como una especie de oveja negra. Desde adolescente empecé a tocar en bandas de punk, de metal, de hardcore, que eran los estilos que me gustaban en ese entonces.
- ¿Estudiaste música de grande?
- No, no tengo ningún estudio formal de música, solamente el capital cultural que hay en mi familia. Mi papá y mi mamá son los dos músicos y también tuve algunas clases particulares, un poco de piano, un poco de guitarra, pero siempre muy inconstante, soy más bien autodidacta.
- ¿Y por qué derivaste al country, qué tiene de especial que te gustó?
- Lo que pasa es que me gustan mucho las historias, cantar historias y lo que me pasaba con el típico cantautor chileno de la Nueva Canción Chilena es que no me identificaba; mucha política, muchas cosas que no iban con mi línea hasta que descubrí a los songwriters, que son los escritores de canciones de música country en Estados Unidos y me cambió totalmente la perspectiva sobre cómo se podían escribir canciones porque estos tipos contaban historias muy duras, muy rudas pero verdaderas, como sin poses. El country viene del mundo rural o del mundo marginal, entonces había mucho sentimiento, mucha honestidad. Empecé escuchando David Allan Coe, Johnny Cash, Merle Haggard, artistas que tuvieron vidas complicadas y que pudieron salir adelante. Esas figuras fueron las que me cautivaron antes que la música en sí.
- ¿Cómo son las presentaciones en vivo, tienes algunas agendadas?
- Siempre son con todo, aunque toquemos en la cantina más oscura damos el mejor concierto siempre. El escenario es nuestro lugar y nos han dicho que vernos en vivo es toda una experiencia porque proyectamos mucha energía, nos reímos e interactuamos mucho con el público. Damos la vida arriba del escenario pero el cigarro nos pasa la cuenta al final del show porque quedamos todos tirados en backstage como media hora. Estaremos en Concepción en abril próximo y lanzamos el 27 de marzo en Santiago el disco nuevo en la Escuela Moderna de Música.
- ¿Es cierto que hay una letra de Antonio Skármeta en este disco?
- Claro, lo que pasa es que lo conocí en una reunión familiar de los Lecaros que nos juntamos muy a las quinientas pero cuando lo hacemos tocamos y a veces hay invitados especiales y uno de ellos era Antonio que me felicitó cuando toqué algunas de mis canciones. Cuando saqué mi primer disco se lo mandé para saber su opinión como letrista y luego de un tiempo me mandó un poema que creía podía pegar bien con la banda. Y claro, se llama "Mala cacha" y se ajusta en su humor negro a lo nuestro. La otra canción que no es mía es "Un niño llamado mamá", que es una adaptación de "A boy named Sue" que tocaba Johnny Cash.
- ¿Y qué vínculos tienen con el paisaje chileno ya que hacen country?
- El country tiene mucho que ver con el espacio que está fuera de la urbe. Yo soy santiaguino pero estuve mucho tiempo viviendo en Talca. El bajista es de Curicó, otras personas de la banda viven en Nos, entonces somos una banda que pasamos mucho en la carretera, nos juntamos para el escenario. Chile me inspira mucho al momento de escribir, hago country al escribir pero con "a" y con "i" latina al final, "cauntri". Ocupo palabras e historias nuestras, menciono ciudades y lugares del país.
Lo primero que sacaron fue un EP de cinco canciones que se llamó "Hombre sin fe", después un LP de 14 canciones llamado "Baladas para perdedores", que nunca salió físicamente por falta de dinero, pero que está en el sitio web andreslecaros.cl para descarga gratuita.