La Conferencia Episcopal cuestionó la falta de "autocrítica" y de "gestos de encuentro" en medio de la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado, y remarcó que "pequeños gestos" tanto de personas como de instituciones pueden contribuir a "sanar las heridas" que se arrastran desde esa época.
"En el actual contexto pre-electoral, lamentablemente parecieran más fuertes las recriminaciones y acusaciones que la necesaria autocrítica y gestos de encuentro que el país agradece y valora", afirmó el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, quien leyó una declaración emitida por el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal.
En su reflexión por los 40 años del golpe, los obispos afirmaron que las "heridas" que dejó ese "momento doloroso de la historia chilena" aún "no han terminado de cicatrizar", y remarcaron que la "verdad, justicia y reconciliación" es el camino para una verdadera convivencia. "Más que nunca, seguimos creyendo en esta vía, a pesar de las dificultades que se le oponen", señalaron.
En medio del debate que se ha generado por el rol que cumplieron diversos actores antes y después del golpe y los emplazamientos a pedir "perdón" que han marcado este aniversario, los obispos afirmaron que "pequeños gestos" pueden ayudar a sanar heridas y contribuir a la reconciliación.
"La reconciliación no se impone por decreto, sino que brota de un corazón misericordioso. Es nuestra convicción que pequeños gestos personales e institucionales pueden ser vitales para ayudar a sanar heridas y contribuir a una verdadera reconciliación", señalaron.
La Conferencia Episcopal también recordó el rol clave que jugó la Iglesia Católica en defensa de los DD.HH. durante el régimen militar y subrayó que "nada justifica los atropellos a la dignidad de las personas cometidos" a partir de 1973.
"Motivada por este valor fundamental (la dignidad de la persona humana), la Iglesia Católica junto a otras Iglesias cristianas debieron asumir, en un momento en que se abandonó el diálogo razonable, un rol preponderante en la defensa de los derechos humanos y el amparo a compatriotas perseguidos", remarcó la entidad.
Los obispos afirmaron que "nos duelen las lágrimas de todos estos años, como dolía a los obispos el 13 de septiembre de 1973. Ellos pedían respeto. También lo hacemos hoy, 40 años después. Sólo desde el respeto al otro podremos construir de un modo fraterno la memoria, para desde ella poder levantar la mirada y trabajar con renovada esperanza por el porvenir de nuestra patria".
La declaración es firmada por Ricardo Ezzati, presidente de la Conferencia Episcopal; Alejandro Goic, vicepresidente; Gonzalo Duarte, obispo de Valparaíso; Horacio Valenzuela, obispo de Talca; e Ignacio Ducasse, obispo de Valdivia.
"No es la cultura de la confrontación"
Los obispos del Comité manifestaron que "hacemos nuestro el clamor del Papa Francisco: "no es la cultura de la confrontación, la cultura del conflicto, la que construye la convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino esta: la cultura del encuentro, la cultura del diálogo; este es el único camino para la paz"". Más adelante, monseñor Ricardo Ezzati dijo que "si nos quedamos únicamente en la verdad y en la justicia, que son absolutamente necesarios, pero no podemos dejar de lado la convivencia humana".