El 25 de julio de 2014, Celestino Aós, miembro de la orden de los hermanos Capuchinos, fue nombrado obispo de la diócesis de Copiapó por el Papa Francisco. Ayer, casi cinco años más tarde de su llegada a la capital regional, fue elegido como nuevo administrador apostólico de la arquidiócesis de Santiago, reemplazando al cardenal Ricardo Ezzati, quien presentó su renuncia (ver página 10). Misión que según las palabras del sacerdote acepta con "humildad y gusto lo que ha dispuesto Dios a través del Papa y la Iglesia".
La noticia fue sorpresa para la comunidad no así para el entorno de Aós, esto luego que hace unas semanas se especulaba con la opción de tomar un alto cargo en Santiago.
Finalmente hace un par de días fue confirmado para un cargo, aunque ya se trataba de palabras mayores. Al respecto el sacerdote mencionó que "estos nombramientos entran de inmediato (...) dedicación, limitaciones y errores los tengo. Sé que no estoy por ser el más santo ni ser el más inteligente, no sé porqué estoy. Al final Dios es el que pone y va entretejiendo los hilos".
Respecto a su opinión del cardenal Ricardo Ezzati, Aós se limitó a mencionar que "tengo la misma opinión que puedo tener de cualquier cristiano, no juzguéis o seréis juzgados. El señor es quien conoce las intenciones, las acciones (…) no lo juzgo y no tengo una opinión especial que dar sobre ninguno de los cristianos, sacerdotes y obispos".
Misión y desafíos
En cuanto a su nueva misión en Santiago y los desafíos que deberá enfrentar, como el tema de los abusos al interior de la iglesia, el nuevo administrador apostólico explicó que "todas las misiones son difíciles, cualquier atropello a la dignidad humana por quien sea se salga de sus márgenes voy a censurarlo porque lo censura el señor y porque no es eso lo que el señor nos enseña, y lo que los cristianos debemos hacer".
Además que "no sé qué me va a tocar porque nadie sabe el futuro pero esa es mi misión y mi tarea, y trataré de hacerla lo mejor que pueda con cariño (…) como obispo tengo un manual de instrucciones muy claro y preciso, es el evangelio de nuestro señor Jesucristo. Yo quiero vivir, quiero predicar, quiero ayudar a que otros vivan. Esas son las instrucciones más precisas".
Paso por atacama
Mientras que en Atacama, Celestino sabe que le quedaron tareas pendientes, las cuales no son solo suyas sino que de cada cristiano. Al respecto, el religioso comentó que "cada cristiano es miembro de la iglesia y tiene que aportar su parte, además como ciudadano enriquece y hace grande al país o al revés".
"El país no lo hacen grande solo los políticos o líderes (…) tareas quedan muchas, poner a Jesucristo en el centro, sentir que forman una unidad, a veces cuesta porque es una diócesis grande y cuesta que los de Chañaral se sientan unidos a los que están en Vallenar por ejemplo", explicó el sacerdote.
Aós igualmente se dio el tiempo de recordar los eventos más difíciles que le tocó vivir en la región, puntualizando que "ha habido momentos muy duros y dolorosos, fue el aluvión, en ese mismo momento hubo una huelga y un minero fallecido, una vez nos quemaron la imagen de la virgen de la Candelaria poco después un atentado contra la imagen de Cristo que está ahí".
Dijo que se han dictado "leyes a mi parecer retrógradas, un país que había dicho no a la pena de muerte y de repente ahora dice que se puede matar a ciertas personas en ciertos momentos".
Comparación
Luego de recapitular los eventos que marcaron su tiempo en Atacama, el sacerdote comparó lo que es la región con la Iglesia. Así como Santiago y quienes componen su comunidad cristiana.
"Así como en Copiapó se ve que hay riqueza dentro del suelo y hay que sacarla, también eso mismo pasaba en la Iglesia de Copiapó, había una riqueza. En Santiago ocurre lo mismo, no conozco la Iglesia de santiago, primero tengo que conocerla más para quererla más porque esa es nuestra misión (...) no ser un gerente, sino amar a esa iglesia y servirla, servir a todos. Todos son la iglesia de Santiago como todos son la iglesia de Atacama, los ancianos, los niños, los sanos, los enfermos, los que están convencidos y aquellos que dudan. Todos son hijos de la iglesia y hermanos nuestros y debo servir a todos", explicó el capuchino.
La llegada del administrador apostólico a Santiago fue ayer mismo, no sabía con claridad a qué hora saldría su avión ya que solo le informaron que sería en la tarde. No obstante, pese a ser informado con poco tiempo de anticipación , Aós aceptó la misión entregada "confiando en que no voy a estar solo. La Iglesia de Santiago es cada uno de los cristianos de Santiago".
Sucesor
Celestino desconoce quien será su sucesor en la diócesis de Copiapó, ya que "la Santa Sede dejó esa responsabilidad al Colegio de Consultores, que no se ha reunido todavía".
Mientras que sobre una posible reunión a futuro con el Papa Francisco, el sacerdote dijo que "me gustaría encontrarme con el Papa, pero no lo sé. Habrá que ver, no hay nada previsto".
Trayectoria de Celestino Aós en Chile
En 1983 fue destinado a Chile, como vicario parroquial en la parroquia de Longaví (diócesis de Linares). En 1985 fue elegido superior de la comunidad capuchina de Los Ángeles, luego, en 1995 fue nombrado párroco de la parroquia San Miguel en Viña del Mar, siendo nombrado superior de la comunidad de la Orden de la Frailes Menores Capuchinos en el sector de Recreo, Viña del Mar. Desde el año 2008 fue vicario parroquial en la parroquia San Francisco de Asís en la diócesis de Santa María de los Ángeles, El 25 de julio de 2014 el Papa Francisco lo nombró obispo de la diócesis de Copiapó. Fue consagrado obispo por mons. Ivo Scapolo, nuncio apostólico, el 18 de octubre de 2014, cuando tomó posesión de la diócesis de Copiapó.
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